sábado, 7 de noviembre de 2015

Mensaje del Maestro de la Orden de Precidadores



Mensaje de Fr. Bruno Cadoré OP, Maestro de la Orden, 
para las celebraciones de apertura del Jubileo el 7 de noviembre 2015  #OP800

  
Me alegra saludar a todos los frailes, hermanas y laicos dominicos en esta apertura del año del Jubileo Dominicano de la Orden de Predicadores y me alegra saludaros desde la Basílica de Santa Sabina que fue entregada a Santo Domingo. ¿Por qué ? Antes que nada, porque Santa Sabina es el lugar donde se arraiga la predicación de Domingo.    

A Domingo le gustaba orar aquí, le gustaba contemplar, hablar a Dios. Amaba dejar que los misterios de la vida de Cristo habitaran su propia vida. Y además, a él le gustaba también, según se cuenta, hablar a Dios de aquellas y aquellos que había encontrado, con quienes había hablado del Evangelio de la Paz. Ahí, en su conversación con Dios, encontraba la fuerza para salir a predicar de nuevo. Salir a predicar era, para  él, como lo muestra el mosaico de Santa Sabina, predicar la unidad. La unidad entre la circuncisión y la gentilidad, la unidad entre aquellos que creen y aquellos que no creen, la unidad de todos, porque todos somos capaces de una misma comunión. Esto es lo que Domingo quería anunciar. Él encontraba la convicción para hacerlo en la visión de Pedro y Pablo: Pablo le entrega la Escritura, la revelación, la unidad y el designio de Dios, mientras que Pedro le entrega el bastón del peregrino para que pueda partir. Entonces, Domingo sale y ¡Abre la puerta!   

El Jubileo en la Orden consiste en esto: él abre la puerta, mira la puerta y ve en ella la primera representación de la crucifixión. Predicar el Evangelio de la paz es predicar la vida dada en abundancia por un Mesías crucificado. Entonces, él sale y va al encuentro de todos aquellos y aquellas hacia los cuales Cristo lo precede.   

Un lema para este Jubileo: ¡Ve y predica !   

Fr. Bruno Cadoré Maestro de la Orden de Predicadores
con SS. el Papa Francisco

basílica de Santa Sabina, sede del Maestro de la Orden de Predicadores,
fue entregada por el Papa Honorio III a santo Domingo de Guzmán.