El pasado 20 de febrero finalizaba el proceso de instalación de una malla de seguridad en la cúpula de la Iglesia de Santo Domingo. Por este motivo, la Santísima Virgen del Rosario Coronada fue trasladada a su capilla en el crucero del templo, lugar donde permanecerá hasta que finalicen las obras de restauración en el Antecamarín de la Inmaculada de su Camarín.