El dominico Abelardo Lobato Casado, San Pedro de la Viña (1925), ha sido un claro interlocutor del anterior Pontífice Juan Pablo II. El estudioso y difusor del pensamiento de Santo Tomás de Aquino fundó, junto al entonces cardenal Carol Wojtila, la Sociedad Internacional de Santo Tomás (SITA) en 1976 y el Papa le nombró presidente de esta Academia Pontificia. Tras retirarse se ha trasladado al convento granadino de Santa Cruz la Real, ya que siempre se ha sentido vinculado a Granada.
«Abelardo, haz memoria», es el título de la nueva obra del vidrialés, el dominico Abelardo Lobato Casado, nacido en 1925 en San Pedro de la Viña. Con el lema de Hesíodo: las obras y los días, el padre Lobato recorre su trayectoria por el mundo a través de los escritos dirigidos a sus amigos y conocidos contándoles sus experiencias en su incansable labor de difusión del pensamiento de Santo Tomás de Aquino. El zamorano está considerado como uno de los mayores expertos del mundo en la obra de uno de los padres de la iglesia.
Con la colaboración especial del catedrático de metafísica Eudaldo Forment, la editorial cultural y espiritual popular, Edicep, saca a la luz una obra decisiva para conocer la historia reciente del tomismo en todo el mundo. El padre Lobato junto Forment hacían la presentación de la obra en el salón de actos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo, en Madrid, el pasado 7 de marzo coincidiendo con el aniversario del fallecimiento del Doctor Angélico. El ensayo del doctor Lobato no es un libro de memorias, sino un «memorial», según refiere Edualdo Forment al decir del dominico, filósofo, teólogo y escritor nacido al amparo del santuario vidrialés de la Virgen del Campo.
En uno de los relatos que el padre Lobato enviaba a sus amigos, al que daba el título genérico de «las obras y los días», tomando el título del poema griego escrito por Hesíodo, hace unos dos mil setecientos años, escribía: «Ulises tiene su Odisea, dejó Ítaca y se dio a la navegación por el mar de las culturas. Yo lo imito bastante, pero en este tiempo del primer verano del tercer milenio lo he seguido más de cerca, haciendo del caminar el camino, experimentando que no sólo el camino es difícil, sino que lo difícil es en verdad el camino de la vida. Me he convertido en auténtico viajero: a pie y a caballo, en auto y en tren, en nave y en avión, usando todos los medios del transporte actual, por tierra, mar y aire, más allá del Mediterráneo, y de las columnas de Hércules, por el Atlántico y el Pacífico, en el viejo y el nuevo mundo, en los dos hemisferios terrestres y en el mismísimo Ecuador, y he sentido anhelos de volar a la Luna y a Marte... Quien me diera alas como de paloma... y volaré ».
El doctor Abelardo Lobato ha publicado más de cuarenta libros. Numerosos artículos dedicados a estudios tomistas, sobre historia del pensamiento, sobre metafísica y antropología, sobre filosofía social y política. Ha dirigido varios cursos universitarios e impartido conferencias por todo el mundo. Doctor en Filosofía por el Angelicun de Roma, maestro en Sagrada Teología, título máximo de la Orden de predicadores, catedrático en varias Universidades, doctor honoris causa por la Universidad Católica de Murcia, fundador del Instituto Fray Bartolomé de las Casas, de Sevilla, del Instituto Santo Tomás de Roma, delegado del Vaticano en el Consejo de Europa para los Derechos Humanos y Miembro del Comité Directeur des Droits de L´homme (CDDH) de Estrasburgo. Miembro de la Pontificia Academia Romana de Santo Tomás, fue rector de Teología en Lugano. Fue nombrado por Juan Pablo II Presidente de la Academia romana de Santo Tomás y ha sido promotor y director desde su fundación en 1976 de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino (SITA).
Con la colaboración especial del catedrático de metafísica Eudaldo Forment, la editorial cultural y espiritual popular, Edicep, saca a la luz una obra decisiva para conocer la historia reciente del tomismo en todo el mundo. El padre Lobato junto Forment hacían la presentación de la obra en el salón de actos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo, en Madrid, el pasado 7 de marzo coincidiendo con el aniversario del fallecimiento del Doctor Angélico. El ensayo del doctor Lobato no es un libro de memorias, sino un «memorial», según refiere Edualdo Forment al decir del dominico, filósofo, teólogo y escritor nacido al amparo del santuario vidrialés de la Virgen del Campo.
En uno de los relatos que el padre Lobato enviaba a sus amigos, al que daba el título genérico de «las obras y los días», tomando el título del poema griego escrito por Hesíodo, hace unos dos mil setecientos años, escribía: «Ulises tiene su Odisea, dejó Ítaca y se dio a la navegación por el mar de las culturas. Yo lo imito bastante, pero en este tiempo del primer verano del tercer milenio lo he seguido más de cerca, haciendo del caminar el camino, experimentando que no sólo el camino es difícil, sino que lo difícil es en verdad el camino de la vida. Me he convertido en auténtico viajero: a pie y a caballo, en auto y en tren, en nave y en avión, usando todos los medios del transporte actual, por tierra, mar y aire, más allá del Mediterráneo, y de las columnas de Hércules, por el Atlántico y el Pacífico, en el viejo y el nuevo mundo, en los dos hemisferios terrestres y en el mismísimo Ecuador, y he sentido anhelos de volar a la Luna y a Marte... Quien me diera alas como de paloma... y volaré ».
El doctor Abelardo Lobato ha publicado más de cuarenta libros. Numerosos artículos dedicados a estudios tomistas, sobre historia del pensamiento, sobre metafísica y antropología, sobre filosofía social y política. Ha dirigido varios cursos universitarios e impartido conferencias por todo el mundo. Doctor en Filosofía por el Angelicun de Roma, maestro en Sagrada Teología, título máximo de la Orden de predicadores, catedrático en varias Universidades, doctor honoris causa por la Universidad Católica de Murcia, fundador del Instituto Fray Bartolomé de las Casas, de Sevilla, del Instituto Santo Tomás de Roma, delegado del Vaticano en el Consejo de Europa para los Derechos Humanos y Miembro del Comité Directeur des Droits de L´homme (CDDH) de Estrasburgo. Miembro de la Pontificia Academia Romana de Santo Tomás, fue rector de Teología en Lugano. Fue nombrado por Juan Pablo II Presidente de la Academia romana de Santo Tomás y ha sido promotor y director desde su fundación en 1976 de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino (SITA).