El Domingo 8 de octubre, continuaron los cultos a Ntra. Sra.
del Rosario.
A las siete de la tarde, las campanas de la iglesia
dominicana anunciaron que se exponía el Santísimo Sacramento, y a continuación
las desgranaron las cuentas del Santo Rosario los vocales de cultos de la
hermandad de la Santa Cena Sacramental y de la Cofradía del Señor de la
Humildad.
Poco antes de las ocho de la tarde, eran recibidos en la
puerta del templo por los Mayordomos y el Presidente de la Archicofradía, los
Hermanos Mayores y Juntas de Gobierno de las Hermandades Penitenciales del Barrio
del Realejo – San Matías, una vez dispuestos en los escaños preparados al
efecto, dio comienzo la Santa Misa dominical, presidida por Mons. Fray Juan
José Larrañeta Olleta OP, obispo emérito de Puerto Maldonado.
La homilía trató sobre el silencio de Dios en María. Cómo la
Virgen fue preservada de pecado en su concepción, educada por Joaquín y Ana, y
como una vez llegado el momento de la Encarnación no tuvo ninguna revelación
más, que no necesitaba por tener confianza plena en Dios, y tener dentro de sí
al Hijo de Dios. Esta confianza duro toda la vida de la Virgen, hasta que en
cuerpo y alma fue asunta al cielo.
El coro de Voces Blancas del Colegio de Santa María del
Llano de Ogíjares, de la Congregación de Santo Domingo, pusieron la nota
musical a la celebración.