lunes, 14 de febrero de 2011

Su Santidad Benedicto XVI concede a la Virgen de Lepanto, Nuestra Señora del Rosario Coronada, un Año Jubilar con motivo del aniversario de su Coronación Canónica


La Real Archicofradía del Santísimo Rosario, acaba de recibir la gozosa noticia de que S.S. Benedicto XVI ha concedido que este año de conmemoración del cincuentenario de la Coronación Canónica de la Copatrona de Granada sea Año Jubilar, según decreto emitido por la Penitenciaría Apostólica Vaticana del pasado 21 de diciembre, y confirmado por el Excmo. Sr. Arzobispo de Granada por decreto de 2 de febrero, siendo comunicado a esta Archicofradía el día 3.

Este año santo, es un acontecimiento que nos permitirá descubrir la importancia del rezo del Santo Rosario en el pueblo cristiano y la figura intercesora de la Virgen María como madre de todos los creyentes.

El Año Santo que ahora se proclama durará hasta el 2 de febrero de 2012, y además de las actividades propias del aniversario de la coronación se le sumaran las peregrinaciones que efectúen parroquias, grupos cristianos, hermandades, cofradías y corporaciones.

Este jubileo viene a reactualizar en nuestro días una de las devociones más queridas por la ciudad de Granada, su Archicofradía fue la primera que se fundó en nuestra ciudad, y a lo largo de los siglos han sido innumerables las gracias concedidas mediante la intercesión de tan piadosa imagen, como la curación de la ciudad de la plaga de peste de 1679, sin contar todos los favores recibidos por los devotos que a diario la visitan.

Sin duda alguna, el templo de Santo Domingo, tiene como centro espiritual a tan milagrosa imagen que ha recibido la veneración y los ruegos de los granadinos durante muchas generaciones, y quedo plasmado ese amor en la corona de la coronación, realizada a base de las aportaciones particulares de sus devotos.

Que la Santísima Virgen del Rosario nos conceda en este año de gracia redescubrir la trascendental importancia de la vida de oración a través del Santo Rosario y la obtención de las gracias espirituales que nos ofrece el jubileo.