
Pronto comenzaría a participar en diversos proyectos constructivos,
tanto públicos como privados. Sus propias residencias fueron hechas con
verdadero lujo, la de la calle molinos, la de la calle San Jerónimo, en pie
hasta los años 40, y el famosísimo Carmen de Pascasio, en el camino del
Sacromonte. Esta última, a pesar de no ser un gran edificio, contaba con
amplios jardines, decorados con antigüedades, fuentes, laberintos, y una
capilla con la imagen de la Virgen del Rosario hecha en piedra. Precisamente
sus residencias le sitúan cerca de sus principales focos de mecenazgo, el
camarín del Rosario, la iglesia de san Juan de Dios, y en la abadía el
monumento inmaculista.
No
es casualidad que el mismo personaje aparezca en tres puntos diferentes de la
ciudad, y en todos ellos aparezca la Inmaculada Concepción. En el camarín del
Rosario esta documentada su actuación como comisario en el trato con el arte
del torcido de la seda para ampliar el camarín, así como en varios contratos de
piedra con Luis de Arévalo, precisamente el que, con unas piedras compradas para
el camarín del Rosario labrará el monumento inmaculista en el Sacromonte. En la
base del monumento del Sacromonte podemos leer:
«Postrado a los pies de/ dla Madre de
Dios, cosa/gra su pura Concepció / este
tropheo su más re/ verente esclavo D.
Pª / Pascasio Baños y Orte/ga 24 de Granada
quien / a sus expensas lo erige / en
la Sagrada cima de / este Monte archivo / de las maiores glorias / de tan celestial prerrogati/
va: Fue colocado / el día 16 de Iulio de 1738»
Hay que destacar que las obras del camarín no se dieron por
concluidas hasta la colocación del gran lienzo de la Inmaculada Concepción que
preside el primer ante camarín. Por ultimo, hay que decir, que el cuerpo de
este noble caballero, descansa desde 1774 en que murió, en la basílica de San
Juan de Dios, templo, dedicado a la Inmaculada.