La Archicofradía del Rosario tiene como fin primario el de fomentar, entre los
propios hermanos, una vida más cristiana, mediante la contemplación de los
Misterios del Rosario.
El culto público al Santísimo Sacramento y a la Virgen María, en la advocación
del Rosario, estará en el centro de la vida de la Archicofradía mediante actos
litúrgicos.
Siendo la Archicofradía una fraternidad, cada miembro ha de poder percibir en
todos y en cada uno al hermano que le ayuda, sostiene e impulsa a caminar con
alegría y esperanza. La ayuda fraterna debe comprender todos los aspectos
humanos de la vida.
El hermano atenderá con amor y testimonio, siguiendo el ejemplo
de María.
Como efecto de la contemplación de los misterios del Rosario surge el
apostolado rosarista. Participa en el apostolado de la Orden de Predicadores
según el número 152 del libro de las Constituciones de la Orden de Predicadores.
El Rosario es el Evangelio hecho oración. Nos presenta los Misterios de Cristo
a través de María, iluminando nuestra vida y haciéndola día a día más semejante
a la de Jesús. El Rosario nos evangeliza.
El promover la espiritualidad del Rosario alimenta nuestra vida para: Fomentar la devoción al Rosario, promover su rezo entre los cristianos y divulgar esta devoción.
El
mismo Rosario es apostolado para cuantos oramos por las necesidades de los
hombres, especialmente por la fecundidad de la Evangelización de la Iglesia.